La celebración del Corpus Christi reunía el pasado domingo en la Iglesia Mayor de Santiago a centenares de fieles.

Eucaristía y desfile procesional

En primer lugar se celebró una Eucaristía y posteriormente se realizó un desfile procesional desde la Iglesia Mayor de Santiago hasta la Iglesia de El Salvador en el que participaron casi un centenar de niños y niñas que este año han tomado su Primera Comunión, representantes de cada una de las Hermandades y Cofradías de nuestra Semana Santa, fieles y representantes de diferentes colectivos de la localidad que precedían al Santísimo Sacramento protegido en su Custodia y secundado por los párrocos de las iglesias de Santiago y El Salvador. Tras ellos iban distintas autoridades civiles, religiosas y políticas. La Asociación Musical Julián Santos fue la encargada de cerrar el desfile y poner la nota musical.

Calles engalanadas para la ocasión

Durante el itinerario se pudo disfrutar de calles engalanadas para la ocasión con vistosas y coloridas colchas en los balcones, alfombras de flores o hierbas aromáticas, así como numerosos altares con motivos religiosos en los que la comitiva paraba para cantar y rezar al Santísimo Sacramento del Altar.

La fiesta del Corpus Christi se ha configurado como uno de las celebraciones más representativas del catolicismo. Surgió como uno de los principales asuntos de discusión que dentro del seno de la Iglesia se han llevado a cabo con el paso del tiempo, prácticamente desde sus inicios, y tiene relación con la atribución al pan y al vino de una extensión del cuerpo y la sangre de Cristo.

Fiesta para celebrar la Eucaristía

Así pues, antes llamada Corpus Domini (cuerpo del Señor), es una fiesta de la Iglesia Católica destinada a celebrar la Eucaristía, esto es proclamar y aumentar la fe de los creyentes en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. Se celebra el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés, es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección.

Fiesta destinada a celebrar la Eucaristía