El día 26 de agosto abandonaba Santa Ana para ser restaurado el Cristo Amarrado a la Columna, la imagen emblemática que representa la devoción de todos los jumillanos. En la sede de la Hermandad, en la calle Barón del Solar ha permanecido la imagen durante casi cuatro meses sometiéndose a un meticuloso proceso de restauración.
El pasado sábado, ya finalizado el proceso, comparecían en rueda de prensa para dar cuentas del mismo, el presidente de la Hermandad del Cristo Amarrado a la Columna, Maximiliano Olivares; el Padre Guardián del Convento de Santa Ana, Francisco Oliver Alcón y la restauradora de la Imagen, Natalia Carcelén Gilar, acompañados por la Alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola.
Los trabajos de restauración han consistido, en primer lugar, en la retirada del barniz de la talla que estaba muy oxidado y oscurecía los colores originales de la imagen, explicaba Natalia Carcelén. También se han eliminado repintes de anteriores intervenciones y se han resanado los estucos que estaban mejor conservados, otros en cambio se han tenido que eliminar, uno de ellos el que suponía una grieta a lo largo de la espalda del Amarrado. Finalizado este proceso Carcelén procedía a la reintegración de las lagunas de color y la aplicación de una capa de barniz transparente que permite que la policromía original de Salcillo luzca como debe, concluía la restauradora.
Por su parte Francisco Oliver, Padre Guardián del Convento de Santa Ana, agradecía el trabajo de Natalia Carcelén, la colaboración económica del Ayuntamiento de Jumilla y la de la ciudadanía que con pequeñas aportaciones ha demostrado una vez más que el Cristo Amarrado es de todo el pueblo de Jumilla.
Juana Guardiola, alcaldesa de Jumilla, cerraba las intervenciones destacando el trabajo de Carcelén, que ha sido muy laborioso y complicado en ocasiones. “El proceso de restauración era muy necesario y no se podía aplazar más, por eso desde el Ayuntamiento entendimos que había que colaborar de forma importante para llevar a cabo esta restauración” indicaba la alcaldesa.
A las cinco de la tarde salía la Imagen del Cristo Amarrado de la sede de la Hermandad, luciendo como si acabase de salir del taller del maestro Francisco Salzillo. Portada por los fieles recorrió en procesión las calles Barón del Solar, Infante don Fadrique y Doctor Fleming hasta avenida de la Asunción por la que por último llegó a la Ermita de San Agustín. Allí se hizo la presentación de su restauración a los fieles que abarrotaban el santuario. A las seis de la tarde, ya en furgón, subió el Cristo al Convento de Santa Ana en el que ya está ubicado en su capilla y dispuesto para escuchar a todo el que acuda buscando su auxilio.