El CEIP Príncipe Felipe ya ha realizado la primera plantación del curso en su huerto escolar, usando el compost que ellos mismos fabrican. Algo que es gracias a una compostadora que les fue concedida el curso pasado por la Consejería de Educación al tener huerto escolar y comedor.

“La Consejería de Educación nos dio una compostadora con la que ya el curso anterior comenzamos a darles una segunda vida a los desperdicios de las frutas que se generan en el comedor del centro y de los propios desayunos de los alumnos”, nos explica Toni Abellán.

Implicación de toda la comunidad educativa

En este proyecto educativo de la compostadora está implicada toda la comunidad educativa: docentes, alumnos y sus familias.

En el colegio han realizado un calendario asociado al proyecto y un grupo de alumnos mayores, dirigidos y coordinados por el maestro Juan Manuel Lozano, recogen un par de veces por semana los desperdicios de las frutas que todos los alumnos depositan en unos contenedores específicos que hay en el centro para esto. Estos desperdicios son triturados con una máquina, “hasta el año pasado este primer proceso de triturado se hacía a mano, pero debido a la implicación de los alumnos y el volumen de desperdicios, decidimos adquirir una trituradora para facilitar esta labor que realizan los propios alumnos con la supervisión de Juanma”, matiza Abellán.

¿Qué se hace con los desperdicios de las frutas una vez triturados?

Estos desperdicios, una vez que han sido triturados y con el aporte de algo de viruta de madera, se depositan en la compostadora para comenzar con el proceso de elaboración del compost. Para ello, los alumnos lo primero que hacen antes de depositarlos es comprobar la temperatura del desperdicio que ya tienen en el interior de la compostadora, “si esta temperatura sube muy rápido es porque el compost aun necesita más tiempo y si la temperatura ya no sube apenas, se puede pasar al segundo compartimento de la compostadora”, explica Toni Abellán. Estas lecturas de temperatura, aspecto e incluso olor son anotadas en un cuaderno de campo por los alumnos encargados de la fabricación del compost. Una vez depositado los desperdicios en la compostadora, esta se cierra y se le dan entre 5 y 10 vueltas para repetir todo este proceso en la siguiente ocasión.

Por último, el compost que ya está listo para sacar de la compostadora se debe secar antes de su uso en el huerto escolar.

Ya han realizado la primera plantación

Este año, a pesar de estar todavía en noviembre, ya les ha dado tiempo a generar el primer compost, que ya han usado en su primera plantación, por lo que si todo va bien en los próximos meses tendrán una cosecha de zanahorias, habas, patatas, espinacas y brócoli.

El compost lo usan en el huerto escolar que tiene el centro