Con motivo de la festividad de Todos los Santos, ayer 1 de noviembre centenares de personas visitaron a sus difuntos y seres queridos en el Cementerio Municipal de Jumilla.

Horario ininterrumpido el martes 31 de octubre y el 1 de noviembre

Para la ocasión, el camposanto contó con un horario especial ininterrumpido desde las 08.00h y hasta las 00.00 h. Un horario que el día anterior, el martes 31 de octubre, también fue ampliado e ininterrumpido, con la misma hora de apertura y hasta las 19.00 h.

De esta manera, a lo largo de todo el día de ayer cientos de personas, familiares y amigos visitaron a los difuntos que tienen en el Cementerio Municipal de Jumilla, y que días antes se preparó para la ocasión con una limpieza más exhaustiva, el arreglo de tejados y el pintado de puerta o la reposición de bancos.

Actuaciones específicas en el Cementerio para la ocasión

Dispositivo especial de seguridad

En cuanto al dispositivo de seguridad, Policía Local preparó a sus efectivos con el apoyo de Protección Civil para velar porque la jornada transcurriera sin incidentes. La zona de descampado que hay junto al Cementerio se habilitó con aparcamientos ante la gran afluencia de vehículos y el Ayuntamiento puso a disposición de la ciudadanía un servicio de autobús gratuito que tuvo hasta 13 paradas en distintos puntos de la localidad.

Tránsito constante durante todo el día en el Cementerio

Origen de la festividad

Esta festividad, en la que se honra a los seres queridos que han fallecido, una jornada en la que los cementerio se inundad de personas para visitar y recordar a los nuestros, adornando las tumbas con flores, se remonta a hace ya casi 1.300 años. Esta celebración de carácter religioso, de la Iglesia Católica, tuvo como impulsor al Papa Gregorio III, que durante su tiempo de pontífice (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor a todos los Santos.

De esta forma, se buscaba que todos los santos fueran venerados al menos un día al año. Años más tarde, a mediados del siglo IX, el Papa Gregorio IV, en tiempos de Luis El Piadoso (emperador de Occidente y rey de los francos), extendió su celebración a toda la Iglesia en el año 835. Se cree que la fecha elegida, el 1 de noviembre, fue porque coincidía con una festividad de los pueblos germanos, y en aquellos años el objetivo de la Iglesia era eliminar las celebraciones paganas.