Presididos por el napolitano Niño de las uvas, el pasado 15 de agosto la comunidad francisca de Santa Ana bendijo el mosto que obtuvieron de manera artesanal de las vides que hay plantadas en el huerto del convento.

Fue un breve acto, el día de la Solemnidad de la Patrona y en la intimidad y recogimiento del hogar de la Abuela Santa Ana, en el que los padres franciscanos pidieron bendiciones para la tierra que nutre a los viñedos, bendiciones para los viticultores que con tanta laboriosidad las cultivan y cuidan, bendiciones para los vendimiadores que este año a la dureza del trabajo se une el peligro de contagio por la Covid-19 y bendiciones para los bodegueros que con su ciencia y técnica producen los excelentes vinos que son los mejores embajadores de esta tierra y comarcas limítrofes.