La IX Escuela del Tambor y el Bombo se recordará como una de las más numerosas de las que se llevan realizadas hasta el momento.
Unos noventa alumnos han participado en la IX Escuela del Tambor y el Bombo
El pasado fin de semana la Asociación de Tambores Cristo de la Sangre llevó a cabo la entrega de los diplomas de la escuela infantil y la escuela de adultos, en el centro socio-cultural Roque Baños, con el que se pone el punto y final al curso, “se cierra este curso, pero no se deja de trabajar porque en breve comenzaremos con la décima edición”, afirmaba Matías Cutillas, secretario de la asociación.
La Escuela Infantil ha contado con 59 participantes que aseguran la cantera del colectivo
En esta ocasión se ha contado con 59 alumnos en la escuela infantil y cerca de una treintena en la de adultos, por lo que el futuro y la cantera del colectivo está más que asegurado.
Cutillas afirmaba que “La Escuela del Tambor y el Bombo se lleva a cabo gracias a un grupo de personas que aman el tambor, y de forma voluntaria inculcan sus conocimientos del toque del tambor y el bombo a jóvenes y no tan jóvenes”.
Se entregaron los diplomas a todos los alumnos
El presidente de la asociación, Francisco Guardiola, el secretario, Matías Cutillas, y la alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola, fueron los encargados de entregar los diplomas a todos los alumnos.
También se entregaron diplomas y obsequios a los monitores de la escuela: Miguel González, Bartolo Abellán, Jesús Cremades, Miguel Ángel Guardiola y Pascual López.
Francisco Guardiola agradeció a todos los alumnos por su participación e implicación y tuvo un guiño especial para un alumno de Yecla que se ha estado desplazando todas las semanas a la escuela. También agradeció al Ayuntamiento de Jumilla la colaboración y la cesión de los espacios para ensayar.
Con una Misa de Hermandad y posterior procesión terminaron los actos del colectivo de tambores
Cristo de la Sangre
Al día siguiente en Santa Ana el colectivo de tambores puso el punto y final a sus actos por Semana Santa con la celebración de una Misa de Hermandad que estuvo presidida por el Cristo de la Sangre y oficiada por los frailes del Convento.
En este acto no faltaron los tambores y sus toques, además se celebró una procesión al terminar la misa en la que se pudo portar al Cristo de la Sangre.
