El Gobierno regional ha pedido una reunión “con la máxima urgencia al ministro de Agricultura” y ha solicitado la declaración de zona catastrófica para el área afectada por la lluvia torrencial de la semana pasada en Jumilla, así lo anunciaba el pasado viernes el consejero en funciones de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Luengo, durante su visita a Jumilla. El objetivo de la misma es “abordar, tanto la necesidad de que el seguro agrario se adapte a las singularidades de nuestros agricultores y ganaderos, de forma que sea una herramienta útil que les proteja de las adversidades meteorológicas, como para ver qué medidas puede el Ejecutivo central poner sobre la mesa para ayudar a quienes están sufriendo estos días pérdidas gravísimas”.
La tormenta del jueves pasado dejó hasta 70 litros por metro cuadrado en la zona norte del término
La tormenta que se desencadenó el jueves pasado en nuestra localidad llegó a dejar en algunas zonas del término municipal hasta 70 litros por metro cuadrado en la zona norte del término, en el linde con Yecla. Esa circunstancia, sumada a las lluvias de días anteriores, provocaba la bajada de ramblas en varias áreas, ocasionando daños de rotura de caminos, arrastres de tierra en parcelas y acumulación de broza.
Según los técnicos de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, la previsión de algunos agricultores con la construcción de ribazos, ha ayudado a minimizar los daños. Los desbordes de las ramblas en algunas zonas llegaron a darle al cauce una anchura de un kilómetro. La superficie afectada por arrastres, en mayor o menor medida en todos los cultivos, pueden estimarse en un primer avance en unas 165 hectáreas.
Los cultivos de cereza, vid, olivo y almendro son los más afectados
Entre los cultivos dañados destaca la cereza, por acumulación de días de lluvia, que ha producido el rajado del fruto. Otro cultivo afectado es la viña, sobre todo en parcelas localizadas en ambos márgenes de la rambla, donde el agua discurría con gran velocidad, en una superficie de unas 50 hectáreas. El daño se localiza de manera principal en rotura de sarmientos, enterrado de racimos y pérdida de la capa fértil por los arrastres de tierra. Por otra parte, también se han visto parcelas totalmente anegadas, tanto en viña en vaso, espaldera, parrales, olivo y almendro.