Desde ayer martes, 6.000 explotaciones de ovino y caprino de Cuenca, Ciudad Real, Toledo y Albacete, con unas 3,5 millones de cabezas, están inmovilizadas debido a la viruela ovina y caprina, enfermedad altamente contagiosa y con una elevada mortalidad entre los animales pero que no se transmite al humano ni a la leche o al queso que producen.

Los expertos están sorprendidos por cómo lo que comenzó siendo un foco de viruela ovina/caprina en Granada, que luego dio el salto a Cuenca, ha terminado por expandirse en la vecina región castellano-manchega hasta llegar a inmovilizar al ganado tras 25 brotes y 38.000 animales sacrificados.

La Región de Murcia está, de momento, libre de la viruela ovina y caprina, pero la consejería de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca de la Región de Murcia asegura que se han extremado las medidas preventivas para evitar la aparición de focos, teniendo en cuenta que nuestra Comunidad Autónoma linda con dos de las provincias afectadas.

El consejero Antonio Luengo ha asegurado que su departamento ha organizado diversas jornadas de formación en colaboración con la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia para explicar a los ganaderos las medidas preventivas que deben poner en marcha en sus granjas.

Los productores también están recibiendo formación para identificar la enfermedad en estadios iniciales y sobre la forma de actuar en el caso de que la viruela llegue a sus animales para evitar la rápida propagación del virus.

Antonio Luengo en una reunión con el sector porcino de Murcia

Luengo apuesta por “seguir manteniendo las medidas preventivas para evitar la entrada de la enfermedad” en las cabañas murcianas de ovejas y cabras e insiste en que en la actualidad la comunidad está “exenta” del virus.