‘Canción de Judas’
Anoche tuvo lugar la primera representación de la ópera rock ‘Jesucristo Supertar‘, puesta en escena por alumnos del colegio San Francisco, bajo la dirección del profesor Antonio Jesús Bleda. Hoy vuelve al escenario del Teatro Vico la segunda de las representaciones, la de hoy a beneficio del AMPA del Colegio San Francisco y ayer a beneficio de Cáritas Jumilla y la Asociación 4 Patas Jumilla.
Andrew L. Webber:“de todas las producciones realizadas a lo largo del mundo equiparable a la original, la norteamericana, fue la española” .
‘Sueño de Pilatos’
Más de medio centenar de alumnos participaron en la representación, de la versión española del musical, estrenado por primera vez en España en noviembre de 1975, producido por Nacho Artime y Jaime Azpilicueta, con arreglos de Teddy Bautista, que también interpretaba a Judas, y con la participación destacada de Camilo Sexto, representado a Jesucristo, y Ángela Carrasco, en el papel de María Magdalena. Se mantuvo en cartel durante cuatro meses ininterrumpidamente, con gran éxito de público.
Originalmente el musical es obra de Tim Rice (textos) y Andrew Lloyd Webber (música), llegando éste a destacar que “de todas las producciones realizadas a lo largo del mundo equiparable a la original, la norteamericana, fue la española” .
En Jumilla se ha representado en varias ocasiones a lo largo de los últimos cuarenta años, en una de ellas participaba el impulsor de la representación que ahora nos ocupa, Antonio Jesús Bleda, que precisamente representaba a Jesucristo.
‘La Crucifixión’
La obra es una adaptación libre de los Evangelios, el argumento se centra en los últimos siete días de la vida de Jesús de Nazaret, comenzando con los preparativos de su llegada a Jerusalén y finalizando con la crucifixión. La resurrección no está incluida de manera intencionada para evitar cualquier referencia a la divinidad del protagonista.
El espectáculo se adentra en la psicología de Jesús y el resto de personajes desde el punto de vista de su discípulo Judas Iscariote, quien es retratado como una figura trágica descontenta con la dirección que ha tomado la doctrina de su maestro, y plantea un enfrentamiento político y personal entre los dos que no está reflejado en la Biblia. Durante el desarrollo de la trama se presentan numerosos anacronismos intencionados, como actitudes y sensibilidades contemporáneas, argot en las letras de las canciones o alusiones irónicas a la vida moderna.
La obra finalizó con un cariñoso gesto hacia el niño Gabriel Cruz
