Dos años hemos tenido que esperar para escuchar al Hijo Predilecto de Jumilla, Roque Baños, músico y compositor, tan internacional como la Semana Santa que ayer pregonaba en una abarrotada iglesia de Santiago.
Su mujer, Tesi Díez, fue la encargada de presentarle resumiendo su apabullante trayectoria profesional y resolviendo que es en la ciudad que le vio nacer donde hunde las raíces de las que mana su virtuosismo, «aquí regresa siempre, a su familia y a sus amigos».
Ha merecido la pena esperar dos años para escuchar un pregón cálido, cercano y entrañable, lleno de emociones, dedicado a su familia y en especial a su padre, Salvador Baños, fallecido recientemente.
Con la música como hilo conductor, el pregón contó con la participación de la banda de la Asociación Jumillana de Amigos de la Música que puso en valor el legado dejado por Julián Santos Carrión y Alfredo Santos con obras como ‘La Tarara’, ‘El pequeño Pikolino’ o la marcha fúnebre ‘Vieja’. También se pudo escuchar el imponente sonido del órgano histórico, en proceso de restauración, «todavía no lo tenemos terminado, pero pronto se hará, con ayudas de las instituciones y de todos nosotros, ya que es símbolo de nuestra cultura e identidad, su voz no está completa todavía, le faltan 3/5 partes de sus tubos, pero la que ya tiene es una de las más hermosas que he escuchado nunca», aseguro Baños.
El pregonero recordó su niñez durante la Semana Santa por las calles del barrio de San Juan donde vivió sus primeros años, «nos impresionaba el estruendo de tambores y bombo de los ‘armaos’, con aquellas cornetas llamando al pueblo a despertar el Domingo de Ramos, antes de la Burrica».
Roque Baños nació músico y mezclado con la chiquillería de los años 70 e inspirado por los sonidos de Semana Santa, buscaba cualquier objeto que pudiera producir un sonido parecido a la música, su imaginación hacía el resto, «un gran reto era saber interpretar la ‘palillera del Cristo’, quien fuera capaz de tocarla con la lata de atún conseguiría un grado dentro del grupo de muchachos».
Unos años más tarde, ya como aprendiz de músico, serían las composiciones de Julián Santos y Alfredo Santos las que desatasen en su interior infinidad de melodías que enseguida escribía en cualquier papel, «mi abuelo Roque siempre me preguntaba como sonaba aquello, a lo que yo siempre esquivaba la respuesta, porque si alguna vez se lo cantaba, al tararearlas ya no sonaban igual que en mi cabeza, mi abuelo así lo corroboraba cunado me decía ‘vaya una música ratonera’».
El momento más emotivo del pregón llegó al recordar a su padre, Salvador Baños, fallecido recientemente, del que apenas tuvo tiempo de despedirse, «la pandemia ha hecho mucho daño y todavía sigue haciéndolo, a mi juicio, todo lo que está aconteciendo en el mundo, en lo concerniente a relaciones entre seres humanos, de alguna manera, son secuelas de la propia pandemia».
Roque Baños es embajador de Jumilla, de lo que se siente profundamente orgulloso, «yo amo a mi tierra, Jumilla, también amo a mi tierra de acogida, Madrid, y amo a mi país, España. He visto mucho mundo y no he conocido un solo lugar tan hermoso y tan rico como España». Así concluyó Roque Baños el Pregón de Semana Santa 2022 dirigiéndose a continuación al lugar en el que más cómodo se encuentra por naturaleza, tomó la batuta para dirigir a la banda de la AJAM en la interpretación de la fanfarria de ‘Alatriste’, concluyendo así uno de los pregones más aclamados que se recuerdan.