El Centro Social El Alpicoz, edificio cuyas dependencias están cedidas por el Ayuntamiento de Jumilla a distintas asociaciones ha sido remodelado: recuperación de las cubiertas, sustitución de las instalaciones de fontanería y saneamiento, así como el pintado de la fachada, interiores y reposición de la carpintería. Igualmente, se ha instalado la cartelería, con lo que la ubicación de los colectivos ha quedado claramente señalizada.

Estas obras han durado tres meses, en una primera fase por la empresa Valemur S.L., con un coste de 77.441,50 euros con cargo a los remanentes de Tesorería. Después se ejecutó una segunda fase con un coste de 20.000 euros, directamente con personal municipal. En una tercera fase se renovará el sistema eléctrico, que también está deteriorado.

La alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola, ha mostrado su satisfacción por la reapertura de estas instalaciones, “que permitirá a las diferentes asociaciones y colectivos contar con unas dependencias dignas y acorde con sus necesidades. Nos lo encontramos en un estado lamentable, sin mantenimiento alguno, por lo que nos pusimos como objetivo rehabilitarlo”.

El concejal de Obras y Urbanismo, Francisco González, ha recordado que se trata del cuarto edificio reformado en esta legislatura tras el Centro Social Ermita del Tercer Distrito, Pósito y Casa de la Cultura. Por su parte, el edil de Hacienda y Patrimonio, Alfonso Pulido, ha resaltado la importancia que va tener para los colectivos el contar con este edificio rehabilitado y “con las medidas de seguridad necesarias, que hasta la fecha no existían”.

La cubierta del Centro Social El Alpicoz presentaba numerosas filtraciones por falta de tejas, roturas o movimientos de las mismas. La instalación eléctrica era antigua, está en mal estado y con falta de potencia. La mayor parte de la red de saneamiento de desagües era de la época en la que el edificio se utilizaba como Casa de Socorro. Las puertas estaban en muy mal estado, agrietadas y sin mantenimiento alguno, al igual que algunas ventanas, que no tenían sin cristales.

Además, había falta de piezas de alicatado en los aseos, barrotes de barandilla de escalera sueltos, alguna manivela o cerradura rota y luminarias fundidas en zonas de uso general. La humedad predominaba en algunos espacios, ya que hubo filtraciones y roturas de redes con agua.